
Trump prohíbe a Harvard nuevas admisiones internacionales y amenaza a sus actuales alumnos extranjeros, analizamos las profundas y multifacéticas consecuencias de este golpe: desde el drama humano hasta el impacto en la ciencia y la posición de EE.UU. en el mundo.
La reciente y controvertida directiva de la administración Trump, emitida este 22 de mayo de 2025, que impide a Harvard University la inscripción de nuevos estudiantes extranjeros y pone en un limbo a los ya matriculados, no es solo un titular aislado. Se trata de una medida cuyas consecuencias ya comienzan a sentirse y prometen reconfigurar aspectos cruciales del panorama educativo, económico y social, tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Los estudiantes internacionales suelen pagar matrículas completas, representando una fuente de ingresos vital. Su ausencia impactará el presupuesto, becas para otros alumnos y la financiación de programas.
Muchos estudiantes de posgrado internacionales son cruciales para los laboratorios y proyectos de investigación de vanguardia. Su partida o la imposibilidad de reclutar nuevos talentos ralentizará avances científicos.
Países como Canadá, Reino Unido, Australia y naciones europeas podrían beneficiarse, atrayendo al talento que ahora ve a EE.UU. como un destino hostil o inestable.
La percepción de un ambiente antiinmigrante podría reducir drásticamente el número de estudiantes extranjeros aplicando a universidades estadounidenses en general.
“Significa que Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros, y los estudiantes extranjeros existentes deben trasladarse o perderán su estatus legal”, afirmó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
En una carta dirigida al presidente de la universidad, Alan Garber, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó suspender la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVIS).
Se trata de un sistema que permite a los estudiantes extranjeros estudiar en Estados Unidos.
Esto incluye todos los registros disciplinarios de estudiantes no residentes matriculados durante los últimos cinco años.
“Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó. Han perdido su certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio como resultado de su incumplimiento de la ley. Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas del país”, escribió Noem en la red social X.
La casa de estudios respondió que buscará mantener a su matrícula extranjera.
“Estamos totalmente comprometidos a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen inmensamente la Universidad y esta nación”, expresó el centro universitario.
Estudiantes extranjeros de Harvard dicen que están experimentando “pánico puro” ante la medida del Gobierno de Trump para prohibir matricular extranjeros.
Estudiantes de todo el mundo están asimilando la posibilidad de que se revoquen sus visas, se suspendan sus investigaciones y se les impida volver a entrar a Estados Unidos si salen este verano.