En una decisión histórica, la Asamblea General de la ONU aprobó hoy el primer marco global de regulación para la inteligencia artificial, con el objetivo de asegurar un desarrollo ético, seguro y equitativo de esta tecnología en rápido crecimiento.
Naciones Unidas, 29 de mayo de 2025 — La comunidad internacional dio un paso trascendental este jueves al aprobar por amplia mayoría el primer acuerdo multilateral para regular el desarrollo y uso de la inteligencia artificial (IA). El “Marco Global para una Inteligencia Artificial Ética y Segura” establece principios y lineamientos comunes que los países miembros deberán seguir para garantizar que la IA respete los derechos humanos, fomente la transparencia y limite los riesgos de uso indebido.
El acuerdo fue impulsado por una coalición liderada por la Unión Europea, Estados Unidos, India, Brasil y Sudáfrica, y recibió el respaldo de más de 170 países. Entre los puntos clave se incluyen la prohibición del uso autónomo de IA en armamento letal sin supervisión humana, la exigencia de evaluaciones éticas previas al despliegue de algoritmos a gran escala y la creación de un comité de vigilancia internacional.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, celebró la resolución como “un momento histórico para la humanidad”, afirmando que “la inteligencia artificial no debe ser una amenaza, sino una herramienta para el bien común”.
Este marco no es legalmente vinculante, pero establece una base sólida para futuras legislaciones nacionales y tratados internacionales, y marca un precedente en un tema que ha generado creciente preocupación global.
México ante el nuevo orden de la inteligencia artificial: Oportunidades y desafíos tras el acuerdo global de la ONU
La aprobación del primer marco regulatorio mundial para la inteligencia artificial por parte de la ONU representa un giro clave para México, que deberá redefinir su política tecnológica, económica y de innovación para no quedar rezagado en la nueva economía digital global.
El histórico acuerdo aprobado por la ONU para establecer un marco global de regulación de la inteligencia artificial marca un parteaguas para países como México, que se enfrentan al reto de alinear su desarrollo tecnológico con los nuevos estándares internacionales.
El “Marco Global para una Inteligencia Artificial Ética y Segura”, firmado por más de 170 países, no solo impone lineamientos éticos para el uso de la IA, sino que abre la puerta a transformaciones profundas en la economía digital, la industria manufacturera y el sistema educativo mexicano.
Implicaciones económicas:
Con sectores como el automotriz, el financiero y el logístico cada vez más automatizados, México tendrá que adaptar sus marcos regulatorios para garantizar la transparencia y seguridad en el uso de algoritmos. A la vez, surgen oportunidades para atraer inversión extranjera en tecnologías limpias y automatización responsable, especialmente si el país se posiciona como un destino confiable en materia de cumplimiento ético y ciberseguridad.
Impacto político y estratégico:
El gobierno federal deberá acelerar la creación de una política nacional de inteligencia artificial, aún pendiente, y fortalecer su marco legal en temas de protección de datos, supervisión algorítmica y soberanía digital. Legisladores ya han comenzado a discutir una posible “Ley General de Inteligencia Artificial”, que integraría principios del nuevo acuerdo internacional.
Además, México podría convertirse en un puente entre América del Norte y América Latina en materia de cooperación tecnológica, si logra equilibrar su cercanía con Estados Unidos y su liderazgo regional.
Riesgos y desafíos:
La brecha digital interna sigue siendo una amenaza. Más del 30% de la población carece de acceso a infraestructura digital adecuada, lo que podría ampliar las desigualdades si no se atienden políticas de inclusión tecnológica. Por otro lado, las pequeñas y medianas empresas —que forman más del 90% del tejido productivo nacional— necesitan apoyo urgente para adaptarse a este nuevo entorno regulado.
Conclusión:
El acuerdo global sobre inteligencia artificial coloca a México ante una encrucijada: adoptar una postura proactiva y estratégica que le permita competir en la economía del futuro, o quedar relegado en una transición tecnológica que ya es imparable.